Se me ocurre una excelente pregunta para comenzar el año, al menos para fijar posiciones y marcar una línea.
No tengo veleidades de hormiga pretenciosa que pretende eliminar a los elefantes, ni vocación de Quijote embistiendo gigantes. Si así fuera, este indudablemente no es el medio adecuado. Son muchos y poderosos los que están enfrente y más los delincuentes que los utilizan para llenar la propia bolsa. Tan es así que me sería difícil definir si son peores los que mandan o los que les hacen de sumisos opositores. Y aquí radica la mayor dificultad; ir contra el que está enfrente, contra el que esta al lado y detrás.
Lo que ha venido ocurriendo en Argentina que, no es distinto de lo que se ve en toda América y el mundo, exime de todo comentario. No se puede coincidir con el método terrorista, aún cuando se pueda entender el principio de legítima defensa. No se puede aplaudir a quienes se proclaman los “adalides del occidente cristiano y de la Democracia” porque son la negación de los valores de occidente y la síntesis de todas las herejías anticristianas. En cuanto a Democracia ni saben que es, ni la practicaron nunca, solo conocen la siniestra versión francesa de los Iluminados del Terror.
Mirando dentro de casa, la dictadura gobernante ya se sabe lo que es y de donde viene, si quedara alguna duda basta mirar quienes son sus compañeros de ruta, no pueden hacer otra cosa porque no saben, se criaron entre alimañas. Frente a ellos, atildados personajes, empresarios exitosos y políticos fracasados, quizás tan ingenuos o inocentes que más parecen el arquetipo del “idiota útil”
Como tengo clarísima esta idea, se que no es fácil seguir la línea sin acabar pareciéndose a una verdadera “gata flora”; aquella que cuando se la ponen grita y cuando se la sacan llora, lo cual tampoco me importa. Y es por eso que me mantengo en el mismo curso que ha precedido el navegar de ésta hoja. Creo en forma absoluta que todo poder viene del Altísimo y si alguien lo tiene en ésta tierra es porque el lo quiere o lo tolera. Dicho con más claridad es Su Voluntad y si es así ¡ qué sea!
Dejemos que los chacales y las hienas despedazarse entre ellos y limpiar el campo de tanto cadáver insepulto y agusanado.
¿Cuál es entonces nuestro camino? ¡Mantener nuestra Fe y nuestros valores! Como leía hace poco en La última legión: “vivir como bárbaros si es necesario, para seguir siendo Romanos”.
Enfrentarlos a lo bestia no se puede, es más, nos puede llevar a ser como ellos o peor. “No hay tiempo que no se acabe, ni tiento que no se corte”. Necesitan fabricar enemigos para no destruirse entre ellos, dejemos que hagan el trabajo sucio, son especialistas.
No es el camino más fácil, eso está claro, es el único posible. Ésta batalla no es para débiles, sino para los que tienen una gran fortaleza de espíritu y firmeza de convicciones.
No es mi manera de ser pero tengo muy claro que es la única que me permitirá seguir siendo lo que soy sin caer en otra cosa peor que la que enfrento. Esta próxima guerra, aunque no se crea, nos toca a nosotros. Se va a definir en nuestra tierra, en esta América, la del Sur para mayor precisión, le doy dos razones nada más; tenemos en exceso lo que a todos les falta (energía, alimentos, agua y espacio) y tenemos por ahora, el más rico y quizás por pobre más incontaminado recurso humano. Esto por su seriedad y extensión será tema de un próximo artículo. A cuidar lo poco que tenemos que es demasiado. Y en esto si a no recular un tranco de pulga. Hasta entonces.
No tengo veleidades de hormiga pretenciosa que pretende eliminar a los elefantes, ni vocación de Quijote embistiendo gigantes. Si así fuera, este indudablemente no es el medio adecuado. Son muchos y poderosos los que están enfrente y más los delincuentes que los utilizan para llenar la propia bolsa. Tan es así que me sería difícil definir si son peores los que mandan o los que les hacen de sumisos opositores. Y aquí radica la mayor dificultad; ir contra el que está enfrente, contra el que esta al lado y detrás.
Lo que ha venido ocurriendo en Argentina que, no es distinto de lo que se ve en toda América y el mundo, exime de todo comentario. No se puede coincidir con el método terrorista, aún cuando se pueda entender el principio de legítima defensa. No se puede aplaudir a quienes se proclaman los “adalides del occidente cristiano y de la Democracia” porque son la negación de los valores de occidente y la síntesis de todas las herejías anticristianas. En cuanto a Democracia ni saben que es, ni la practicaron nunca, solo conocen la siniestra versión francesa de los Iluminados del Terror.
Mirando dentro de casa, la dictadura gobernante ya se sabe lo que es y de donde viene, si quedara alguna duda basta mirar quienes son sus compañeros de ruta, no pueden hacer otra cosa porque no saben, se criaron entre alimañas. Frente a ellos, atildados personajes, empresarios exitosos y políticos fracasados, quizás tan ingenuos o inocentes que más parecen el arquetipo del “idiota útil”
Como tengo clarísima esta idea, se que no es fácil seguir la línea sin acabar pareciéndose a una verdadera “gata flora”; aquella que cuando se la ponen grita y cuando se la sacan llora, lo cual tampoco me importa. Y es por eso que me mantengo en el mismo curso que ha precedido el navegar de ésta hoja. Creo en forma absoluta que todo poder viene del Altísimo y si alguien lo tiene en ésta tierra es porque el lo quiere o lo tolera. Dicho con más claridad es Su Voluntad y si es así ¡ qué sea!
Dejemos que los chacales y las hienas despedazarse entre ellos y limpiar el campo de tanto cadáver insepulto y agusanado.
¿Cuál es entonces nuestro camino? ¡Mantener nuestra Fe y nuestros valores! Como leía hace poco en La última legión: “vivir como bárbaros si es necesario, para seguir siendo Romanos”.
Enfrentarlos a lo bestia no se puede, es más, nos puede llevar a ser como ellos o peor. “No hay tiempo que no se acabe, ni tiento que no se corte”. Necesitan fabricar enemigos para no destruirse entre ellos, dejemos que hagan el trabajo sucio, son especialistas.
No es el camino más fácil, eso está claro, es el único posible. Ésta batalla no es para débiles, sino para los que tienen una gran fortaleza de espíritu y firmeza de convicciones.
No es mi manera de ser pero tengo muy claro que es la única que me permitirá seguir siendo lo que soy sin caer en otra cosa peor que la que enfrento. Esta próxima guerra, aunque no se crea, nos toca a nosotros. Se va a definir en nuestra tierra, en esta América, la del Sur para mayor precisión, le doy dos razones nada más; tenemos en exceso lo que a todos les falta (energía, alimentos, agua y espacio) y tenemos por ahora, el más rico y quizás por pobre más incontaminado recurso humano. Esto por su seriedad y extensión será tema de un próximo artículo. A cuidar lo poco que tenemos que es demasiado. Y en esto si a no recular un tranco de pulga. Hasta entonces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario