La creciente violencia forma parte de nuestra realidad cotidiana en todas partes, su origen y explicación no es fácil o al menos personalmente no me parecen convincentes por irrelevantes y hasta tendenciosas las explicaciones de los expertos en el estudio de los fenómenos sociales. En esta bolsa entran fenómenos de diverso origen.
Hay hechos violentos en espectáculos públicos, en el ámbito doméstico, en colegios, en el lo cotidiano sea la calle o el trabajo y en ocasiones de protestas políticas o laborales por cualquier motivo o sin el.
A estos entiendo que les cabría la definición de “violencia reactiva”.
Todos, en todas partes vivimos sometidos a la violencia de un mundo que no nos da tregua, desde el más simple de los trámites que antes se efectuaba como algo previsible y natural, hoy genera todo tipo de conflictos, inconvenientes y mal trato de aquellos que tienen por obligación servir y resolver problemas, hasta la constante agresión de ruidos molestos de toda clase y el bombardeo de informaciones que ponen en un tembladeral todos nuestros proyectos, expectativas e ilusiones, aún de nuestros derechos legítimamente adquiridos con sacrificio y esfuerzo.
Hay espíritus o personalidades más fuertes y más débiles, quienes tienen un más firme respeto por si mismos y por su prójimo y quienes carecen de el. No todos reaccionan igual, somos esencialmente distintos por naturaleza, algunos soportan y sobreviven a tan antinatural “habitat”, otros se quiebran y por una memez desencadenan un desastre.
Esta violencia puede estar ocasionalmente contaminada de maldad que la lleva a extremos que nos repugnan, se puede golpear a alguien en un arrebato de ira y se puede continuar haciéndolo más allá de la reacción temperamental hasta exterminarlo.
Separo claramente esas situaciones de aquellas otras que ya parecen ser epidémicas y que son el motivo de este artículo.
Para una mejor comprensión ver: "Moda macabra: filmar golpiza con celulares para publicarla en la web"
En ellas, el mismo término de violencia parece insuficiente e inexacto, ni le cabe bestialidad o salvajismo. Los más primitivos o las bestias irracionales no llegan a estos extremos. De allí el título: ¿Puede aparecer por generación espontánea una nueva especie de seres o entes de la que no existe antecedente en la historia de la humanidad y aún en todo el reino animal?
Pueden aparecer monstruos o fenómenos ocasionalmente como producto de alteraciones genéticas o patologías del desarrollo, pero es un fenómeno que se limita a lo físico o a lo biológico y su presencia es accidental, nunca planetaria.
La violencia es el método que califica o define una forma de accionar, en estos casos, detrás de ella lo que hay es “maldad”. No se usa la violencia por falta de frenos morales o perturbaciones mentales, se lo hace por maldad y tanta que el último fin es mostrarla y exhibirla. ¿Que es la maldad? La afición o el amor al mal, lo que de suyo expresa una profunda perversión del espíritu. Absolutamente ajena a todo lo que se pueda calificar como exclusión social, pobreza, etnia, razones económico-sociales etc.
¿Todos son así? Una gran mayoría en mayor o menor medida está contaminada por el odio al orden y a todo lo que represente obligación, límite o autoridad. De allí que esto se extienda cual mancha de aceite sin respetar fronteras, sectores sociales, o razas. Y eso es, a mi entender es la condición “sine qua non” para alcanzar ese grado superlativo de maldad. En todos estos hechos mal llamados de violencia, está presente el odio al ser humano que nada tiene que ver con la característica rebelión de los jóvenes en pos de afirmar su individualidad, y junto a ella la cobardía, ya que siempre actúan en grupo y contra el inválido o indefenso, jamás contra un guardia armado o alguien que puede defenderse, esto es otra prueba del abismo que separa la rebeldía juvenil, siempre imbuida de un idealismo bien o mal entendido pero idealismo al fin, que los puede llevar a jugarse la vida protestando por el valor de un pasaje de autobús.
¿Cual es la razón entonces que se hable de exclusión, pobreza, marginalidad, fallas en la educación? ¿Por qué los que hacen estas lecturas son precisamente los responsables de esos fracasados planes de estudio y de integración social? Los que siempre están en la cresta de la ola de los “derechos humanos”, la permisividad y aquel “prohibido prohibir” de los franceses de Mayo del 68. Sembraron y siguen sembrando vientos, no puede sorprender esta cosecha de tempestades. La violencia tuvo y tiene remedio, uno solo: el imperio de la justicia, la que está sobre el pedestal de la verdad.
Todo rechazo de la existencia de la verdad absoluta, del bien supremo de Aquel Ser: que “Es el que es”, esta en la raíz del mal y trabaja para el. Es momento de decirlo con todas las letras, la afición o el amor a la maldad es satanismo puro, que es por si mismo el mal.
A ello no se llega por una simple pirueta intelectual, la perversión del espíritu es previa y su primer escalón es la negación de la verdad y del supremo poder del que emana toda autoridad y el orden natural que es su consecuencia. Esto es dejar de amar a Dios y por extensión a sus obras y criaturas, de allí a comenzar a aficionarse y amar el mal hay menos de un paso.A las cosas hay que llamarlas por su nombre para poder entenderlas y entendernos. Como se ve, hay autores materiales e intelectuales, la generación espontánea definitivamente no existe.
Hay hechos violentos en espectáculos públicos, en el ámbito doméstico, en colegios, en el lo cotidiano sea la calle o el trabajo y en ocasiones de protestas políticas o laborales por cualquier motivo o sin el.
A estos entiendo que les cabría la definición de “violencia reactiva”.
Todos, en todas partes vivimos sometidos a la violencia de un mundo que no nos da tregua, desde el más simple de los trámites que antes se efectuaba como algo previsible y natural, hoy genera todo tipo de conflictos, inconvenientes y mal trato de aquellos que tienen por obligación servir y resolver problemas, hasta la constante agresión de ruidos molestos de toda clase y el bombardeo de informaciones que ponen en un tembladeral todos nuestros proyectos, expectativas e ilusiones, aún de nuestros derechos legítimamente adquiridos con sacrificio y esfuerzo.
Hay espíritus o personalidades más fuertes y más débiles, quienes tienen un más firme respeto por si mismos y por su prójimo y quienes carecen de el. No todos reaccionan igual, somos esencialmente distintos por naturaleza, algunos soportan y sobreviven a tan antinatural “habitat”, otros se quiebran y por una memez desencadenan un desastre.
Esta violencia puede estar ocasionalmente contaminada de maldad que la lleva a extremos que nos repugnan, se puede golpear a alguien en un arrebato de ira y se puede continuar haciéndolo más allá de la reacción temperamental hasta exterminarlo.
Separo claramente esas situaciones de aquellas otras que ya parecen ser epidémicas y que son el motivo de este artículo.
Para una mejor comprensión ver: "Moda macabra: filmar golpiza con celulares para publicarla en la web"
En ellas, el mismo término de violencia parece insuficiente e inexacto, ni le cabe bestialidad o salvajismo. Los más primitivos o las bestias irracionales no llegan a estos extremos. De allí el título: ¿Puede aparecer por generación espontánea una nueva especie de seres o entes de la que no existe antecedente en la historia de la humanidad y aún en todo el reino animal?
Pueden aparecer monstruos o fenómenos ocasionalmente como producto de alteraciones genéticas o patologías del desarrollo, pero es un fenómeno que se limita a lo físico o a lo biológico y su presencia es accidental, nunca planetaria.
La violencia es el método que califica o define una forma de accionar, en estos casos, detrás de ella lo que hay es “maldad”. No se usa la violencia por falta de frenos morales o perturbaciones mentales, se lo hace por maldad y tanta que el último fin es mostrarla y exhibirla. ¿Que es la maldad? La afición o el amor al mal, lo que de suyo expresa una profunda perversión del espíritu. Absolutamente ajena a todo lo que se pueda calificar como exclusión social, pobreza, etnia, razones económico-sociales etc.
¿Todos son así? Una gran mayoría en mayor o menor medida está contaminada por el odio al orden y a todo lo que represente obligación, límite o autoridad. De allí que esto se extienda cual mancha de aceite sin respetar fronteras, sectores sociales, o razas. Y eso es, a mi entender es la condición “sine qua non” para alcanzar ese grado superlativo de maldad. En todos estos hechos mal llamados de violencia, está presente el odio al ser humano que nada tiene que ver con la característica rebelión de los jóvenes en pos de afirmar su individualidad, y junto a ella la cobardía, ya que siempre actúan en grupo y contra el inválido o indefenso, jamás contra un guardia armado o alguien que puede defenderse, esto es otra prueba del abismo que separa la rebeldía juvenil, siempre imbuida de un idealismo bien o mal entendido pero idealismo al fin, que los puede llevar a jugarse la vida protestando por el valor de un pasaje de autobús.
¿Cual es la razón entonces que se hable de exclusión, pobreza, marginalidad, fallas en la educación? ¿Por qué los que hacen estas lecturas son precisamente los responsables de esos fracasados planes de estudio y de integración social? Los que siempre están en la cresta de la ola de los “derechos humanos”, la permisividad y aquel “prohibido prohibir” de los franceses de Mayo del 68. Sembraron y siguen sembrando vientos, no puede sorprender esta cosecha de tempestades. La violencia tuvo y tiene remedio, uno solo: el imperio de la justicia, la que está sobre el pedestal de la verdad.
Todo rechazo de la existencia de la verdad absoluta, del bien supremo de Aquel Ser: que “Es el que es”, esta en la raíz del mal y trabaja para el. Es momento de decirlo con todas las letras, la afición o el amor a la maldad es satanismo puro, que es por si mismo el mal.
A ello no se llega por una simple pirueta intelectual, la perversión del espíritu es previa y su primer escalón es la negación de la verdad y del supremo poder del que emana toda autoridad y el orden natural que es su consecuencia. Esto es dejar de amar a Dios y por extensión a sus obras y criaturas, de allí a comenzar a aficionarse y amar el mal hay menos de un paso.A las cosas hay que llamarlas por su nombre para poder entenderlas y entendernos. Como se ve, hay autores materiales e intelectuales, la generación espontánea definitivamente no existe.
1 comentario:
hola en realidad no se que tiene que ver la lectura con la generacion espontanea podrian explicarlo???
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