Ergo, porque hay mucho idiota y otros que se hacen, que si no se la dan masticada y predigerida no la comen; fuera la telefonía móvil y sucedáneos tecnológicos.
Resulta difícil conciliar la clausura con comunicaciones telefónicas, envío y recepción de mensajes de texto, fotos e imágenes
Es cierto que padecemos dos escándalos en la materia, supuestas monjas extranjeras de Salto, Uruguay, un monasterio con la ultima tecnología, entrada y salida irrestricta de extraños comunicaciones a toda hora y una complicidad de declaraciones o comunicados turbios para sostener “no pasa nada”
Pero también es cierto el antiguo dicho: No hay mal que por bien no venga.
Porque estas disposiciones son para acá y para todo el planeta.
Amen
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