Theresa se muda al 10 Theresa May se convertirá este miércoles en la segunda primera ministra en la historia del Reino Unido y una de las mujeres más poderosas del mundo.
Le tocará bailar con el Brexit, algo que ya ha anunciado que gestionará de acuerdo con el mandato del referéndum, y sin convocar una nueva consulta. “Brexit significa Brexit”, dijo este martes.
La retirada de Andrea Leadsom, su rival en la carrera, precipitó el martes el relevo en el liderazgo del Partido Conservador y la jefatura del Gobierno. David Cameron, que había previsto renunciar en octubre, reunirá por última vez a su Gabinete este martes. El miércoles por la mañana, intervendrá en la última sesión de control en el Parlamento, y por la tarde, Theresa May se mudará al 10 de Downing Street.
La referencia inevitable es Margaret Thatcher, pero Theresa May tiene más en común con Ángela Merkel, según coinciden en señalar todos los retratos que he consultado. Sus credenciales como secretaria de Interior –la que más tiempo ha estado en el puesto– y su predicamento dentro del Partido Conservador, donde hace tiempo que es vista como la sucesora natural de Cameron, hacen de ella una figura bien estudiada por la Prensa.
The Guardian dice que carece de “una gran visión política”, algo que compensa con una “consistencia tranquila” en su forma de liderar. La edición europea de Político, por su parte, la define como “liberal-conservadora” y afirma que es “dura pero justa”, “tory de pies a cabeza”, la clase de persona que aún envía felicitaciones de cumpleaños escritas a mano y postales de Navidad, alguien de quien hay que esperar un liderazgo menos antipático, y más protagonismo para las mujeres.
Hija de un pastor protestante –como Merkel–, educada en un colegio católico, Theresa May –de soltera, Brasier– es una cristiana que practica su fe, felizmente casada con Philip May, con quien forma un matrimonio sólido y unido, sin hijos señala Financial Times. “No hay un lado salvaje en ella”, dice el mismo diario, citando a uno de los amigos más cercanos de la nueva primera ministra. Sigue siendo la misma que era cuando llegó a Oxford a estudiar Geografía con unos resultados académicos brillantes y una conducta intachable, resume FT. Le apasiona el alpinismo –como a Merkel– y, en palabras de Catherine Meyer, una de sus amigas, “es reservada, amable, educada; también, algo tímida.”
Sus ideas sobre costumbres y derechos fundamentales son liberales, con matices conservadores. Es partidaria del matrimonio homosexual, pero votó dos veces en contra de la adopción de niños por parejas del mismo sexo. Apoya, claro, la causa de la igualdad de hombres y mujeres, y es una de las promotoras más activas de la representación femenina en Westminster, la sede del Parlamento. Votó en contra de la iniciativa para legalizar la eutanasia en el Reino Unido. No se le conocen opiniones sobre el aborto, aunque, en 2012, reconoció que le habría gustado tener hijos: “Simplemente, no ocurrió. Miras a otras familias y ves que hay algo que tú no tienes.” Votó en contra de la prohibición de fumar en lugares públicos, y también en contra de las medidas intervencionistas contra el cambio climático. Se opuso, además, a la iniciativa para restringir el fracking con regulaciones ambientalistas. Theresa May acuñó la expresión “nasty party” –“partido antipático”– en los días de la travesía por el desierto de los Tories.
No, no es Margaret Thatcher. No tiene, quizá, una visión revolucionaria y una personalidad arrolladora como la dama de hierro, pero tampoco responde exactamente al perfil plano, sin ideología, oportunista, de Angela Merkel. Si Hillary Clinton se convierte en la primera presidenta de los Estados Unidos, algunos de los principales centros de poder del mundo –Fondo Monetario Internacional, Reserva Federal, Cancillería alemana– estarán juntos, por primera vez, en manos de mujeres. Una prueba más de que la sociedad abierta fundada en los valores del humanismo cristiano es la única forma de vida donde es posible la igualdad real y relevante: igualdad de oportunidades, igualdad ante la ley. (Con información de New Scientist, Vox, Financial Times, The Guardian, Politico Europe, The Independent, en inglés) [Fotografía: Theresa May, este martes en la presentación de su campaña, antes de saber que David Cameron adelantaría a este mismo miércoles el relevo en el Partido Conservador y la jefatura del Gobierno.–– Chris Radburn / EFE]
Solo es una apretada síntesis, vale para ir definiendo el personaje,; la gran prensa lo informará acerca de quien la viste, donde compra carteras y zapatos, que dieta hace o cuantas libras tiene y con que paraíso fiscal opera
El momento de opinar ya llegará cuando haga, deshaga o deje de hacer
No hay comentarios:
Publicar un comentario