Porque creo haberlo dicho todo, al menos lo que tengo atragantado, porque puede ocurrir cualquier cosa y porque más allá de la más calenturienta imaginación sospecho, es decir es más sensación que opinión que esto termina como es; es decir de la manera más impensable y ordinaria posible.
Lo cual no necesariamente quiere decir indolora.
Dolerá mucho y habrá carcajadas junto a las lágrimas, se reirán los de afuera y lloraran los locales.
En las ultimas semanas hemos pasado de la manía twitera a las Seychelles, las calzas y la Florencia heredera, representante de la clase arrastrada que camina por el barro aspirando que la clase baja tenga lo mismo que la media y la alta, descartando al Máximo drogón por padecer un severo cuadro hereditario de no poder conectar dos neuronas en la misma dirección.
Pavada de soberbia la de la cría de víbora, ella quiere hacer lo que Robespierre, Marat, Marx, Lenin y Stalin no pudieron.
Curiosamente los aspirantes a las grandes ligas ya no hacen giras por Europa y USA
Todos peregrinan a Roma en busca de una reliquia, en este caso un titular y una foto, no buscan perdón ni ganar indulgencias, de hecho vuelven tan hipócritamente perversos y corruptos como fueron
.
Las perdices de vuelo bajo se conforman con ir al Tigre.
Sea Papa o sea Massa huelen a poder y eso alcanza en un país dónde nadie lo tiene.
Un verdadero dejá vu de los viajes a Puerta de Hierro en Madrid.
Será por aquel consejo del Viejo Vizcacha: “Hacéte amigo del juez, siempre es bueno tener palenque ande ir a rascarse”
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