La inmoral parodia de los trabajadores peronistas, ni yanquis ni marxistas, la cadena nacional de los descerebrados gobernantes y la desvergüenza judicial, encendieron la mecha, todo tiene un límite por grande que sea el poder que se crea tener.
Un formidable mentís a las cacerolas y marchas, ya tuvieron su turno la clase media y ultraconservadores ahora le tocó a la infantería; la gente no es idiota vive y sabe, porque ve y sufre con los dos pies en la tierra, en otra dimensión de los que especulan con pactos alianzas y frentes para dialogar y seguir haciendo lo único que saben hacer, mantenerse en el candelero como necesarios referentes.
Si cuando llegan 400 gendarmes al sur para restablecer el orden se incendia todo el norte, estamos sin duda ni necesidad de pruebas frente a una organización con capacidad que supera todo lo conocido en el medio o a un estallido de santa ira.
Hay hastío, asco y repugnancia junto a bronca por el permanente desprecio y la mentira. Solo súmele diez años de ejemplo de barras bravas, Pérsico, De Elía , Quebracho y estudiantes ejerciendo violencia con impunidad absoluta, ladrones gozando del producto de sus saqueos; De Vido, Jaime, Boudou,los Kirchner, Alperovich, Capitanich, Scioli y el caldo estaba listo solo faltaba la carne para tener el guiso.
Alguien comienza, otros copian y luego se suman los violentos de siempre, lógicamente en algún punto se pilla a un chivo emisario; encontraran camioneros, gastronómicos, oficinistas, empleados públicos lo que quiera.
La segura seguridad oficial 24 hs después de los saqueos filmados por cientos de cámaras ensaya culpar a este o aquel sin concretarlo, cuando debiera tener identificados a todos los saqueadores y sus antecedentes, no nacen bandas de un repollo en ciudades y pueblos donde todos se conocen y la misma pregunta de los saqueos de la 12 en el obelisco ¿dónde está lo robado?
Se lo llevaron en los colectivos en que llegaron
El futuro se hizo presente; este será pasado y habrá un nuevo futuro; lo que es muy bueno, porque es el fin de la agonía presente y de un negro por venir.
Tenía que pasar y es bueno que haya pasado, más allá de los que resulten perjudicados.
Es bueno porque quienes han negado la realidad ahora les pegará en la cara, cual último aviso.
Es bueno porque desnuda la hipocresía, de los que han disfrazado la verdad con análisis y elucubraciones académicas, el dolor del cambio los enterrará de por vida. Es bueno porque los responsables, acabarán de tejer la red de mentiras que los va a estrangular.
Es bueno porque precipitará el inevitable fin de esta prolongada agonía. Es bueno porque sea de esta manera o de otra, el fin era el mismo y cuando antes pase lo que tiene que pasar mejor, menos destrucción, muertos y heridos quedarán en el camino.
Será bueno que el trabajo sucio lo hagan los carroñeros y paguen por ello, es una constante histórica que los pueblos sublevados y ensoberbecidos lo primero que destruyen es lo que más necesitan. Lo primero desvastado y que ardió en la Paris del Terror el hambre y la miseria fueron panaderías y carnicerías. Será bueno comprobar una vez más que: No hay mal, que por bien no venga.
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