Mirando pasar noticias, la gripe aviar me golpea cada hora con novedades. Esta página no es Académica sino modestamente un medio de poner, a mi juicio, las cosas en su justo término partiendo de la información que todos recibimos.
Aclarado el ámbito, este recurrente problema no es producto de la histeria colectiva, ya ocurrió pocos años atrás y su origen coincidentemente fue también el sudeste asiático. Si estamos frente a la reiteración del mismo problema se comienzan a aclarar las contradicciones, la movilización y las informaciones ambiguas. Alguien no hizo los deberes, y entre todos lo están tapando. Un clásico proceder corporativo.
La difusión del hecho está a cargo casi exclusivamente de organismos oficiales llámense; “Organización Mundial de la Salud”, “Unión Europea” y algunas grandes potencias, Inglaterra y EEUU; Francia y Alemania no le dan tanta difusión y el periodismo sorpresivamente se limita a publicar despachos oficiales sin agregados de su propia cosecha. Consideremos las dudas que son más por ahora, la motivación del artículo que esta epizootia en si misma. Todos la llaman indistintamente gripe aviar o gripe del pollo. En el mismo nombre aparecen las imprecisiones, porque si bien todos los pollos son aves, no todas las aves son pollos. Y por muy obvio que sea, de esto se derivan como se verá consecuencias de importancia. Si se avanza en la lectura más allá de títulos y subtítulos se descubre que en las recomendaciones para su prevención se mencionan todas las aves de corral, los cerdos, los patos y otras aves silvestres, lo que le da una magnitud muy distinta porque se estarían incluyendo en ésta epizootia también a los pájaros y aves migratorias devenidas en verdaderas bombas voladoras y la situación sería casi comparable a una guerra con armas biológicas(es una comparación y no una velada sugerencia). Esto lo están diciendo organismos que por su naturaleza deben tener un muy responsable asesoramiento científico. Quedaría así explicada tanta movilización y alarma de entidades cuya seriedad uno debe presumir.
Entre la información que se da, hay otros puntos que llaman la atención. Se habla de mutaciones genéticas que harían posible su propagación a los humanos y al mismo tiempo se hace referencia a víctimas humanas; se advierte que el contagio no es de hombre a hombre sino de ave a hombre y por vía respiratoria, pero se advierte el peligro de consumir pollos de zonas infectadas y sus derivados. No puedo imaginar que derivados del pollo se consumen salvo que entre tantos miles de productos envasados, los haya que contengan patas, intestinos y cabezas de pollo debidamente procesadas. En nuestro país, y presumo que en todos, se comercializa un alimento balanceado para perros promocionado en dos sabores; a carne y a pollo, vale la pena ir atando cabos.
Como médico entiendo que frente a nuevas patologías infecciosas, el tiempo para investigar y dar las respuestas sea mucho más prolongado que la necesidad y urgencia por tenerlo todo claro y seguro. Hablar de una vacuna para humanos, cuando no la hay para las aves parece cuando menos imprudente y apto, esto si, para desencadenar histerias colectivas que sólo sirven para complicar todo.
¿A quien le puede interesar que en dos o tres años haya una vacuna, cuando la posibilidad de un contagio la tiene hoy?.
Han pasado dos o tres años del episodio anterior de gripe del pollo por el que se sacrificaron millones de aves en china y el sudeste asiático, los recursos y avances de la medicina son demasiado vastos para aceptar que para controlar un brote infeccioso el único recurso haya sido el exterminio e incineración de los contaminados, tal como ocurrió con la encefalitis bovina o mal de la vaca loca.
¿Estamos frente a hechos nuevos? Porque desde hace muchos siglos, se crían y consumen aves de corral y la crónica no registra episodios de ésta naturaleza. Es posible, las aves y otros productos alimenticios como frutas, granos y verduras son organismos vivos que tienen su ciclo y sus tiempos, no son tornillos ni autopartes que se producen en serie. Cuando se altera el entorno, la alimentación o la vida en aras de una masiva producción comercial puede pasar cualquier cosa. Por otra parte no debe olvidarse que en cualquier capital de Europa o América del norte, se puede comprar por la tarde un tomate cosechado en malasia la mañana anterior o comer un pollo sacrificado en china 24 horas. antes. Consumimos alegre y confiadamente carnes de mamíferos, aves y peces que no tenemos ni la más remota idea con que se alimentaron. Se acabó en éste mundo adelantado aquello de “las frutas o verduras de estación” Todos quieren todo en cualquier época y momento. Si en el lugar no es época de corderos se los trae de Anatolia o Pakistán. No debe olvidarse que el beneficio incluye el riesgo, más aún cuando los mercaderes están de por medio. No es un tema para humor ni sarcasmo, si las cosas son como pintan puede ser mucho más serio de lo que se dice. En cualquier momento aparecerán las influencias comerciales para distorsionarlo todo, basta recordar aquello de la “vaca loca.”
Como no veo que estén todas las cartas en la mesa voy a desensillar hasta que aclare, para no sumar confusión.
Aclarado el ámbito, este recurrente problema no es producto de la histeria colectiva, ya ocurrió pocos años atrás y su origen coincidentemente fue también el sudeste asiático. Si estamos frente a la reiteración del mismo problema se comienzan a aclarar las contradicciones, la movilización y las informaciones ambiguas. Alguien no hizo los deberes, y entre todos lo están tapando. Un clásico proceder corporativo.
La difusión del hecho está a cargo casi exclusivamente de organismos oficiales llámense; “Organización Mundial de la Salud”, “Unión Europea” y algunas grandes potencias, Inglaterra y EEUU; Francia y Alemania no le dan tanta difusión y el periodismo sorpresivamente se limita a publicar despachos oficiales sin agregados de su propia cosecha. Consideremos las dudas que son más por ahora, la motivación del artículo que esta epizootia en si misma. Todos la llaman indistintamente gripe aviar o gripe del pollo. En el mismo nombre aparecen las imprecisiones, porque si bien todos los pollos son aves, no todas las aves son pollos. Y por muy obvio que sea, de esto se derivan como se verá consecuencias de importancia. Si se avanza en la lectura más allá de títulos y subtítulos se descubre que en las recomendaciones para su prevención se mencionan todas las aves de corral, los cerdos, los patos y otras aves silvestres, lo que le da una magnitud muy distinta porque se estarían incluyendo en ésta epizootia también a los pájaros y aves migratorias devenidas en verdaderas bombas voladoras y la situación sería casi comparable a una guerra con armas biológicas(es una comparación y no una velada sugerencia). Esto lo están diciendo organismos que por su naturaleza deben tener un muy responsable asesoramiento científico. Quedaría así explicada tanta movilización y alarma de entidades cuya seriedad uno debe presumir.
Entre la información que se da, hay otros puntos que llaman la atención. Se habla de mutaciones genéticas que harían posible su propagación a los humanos y al mismo tiempo se hace referencia a víctimas humanas; se advierte que el contagio no es de hombre a hombre sino de ave a hombre y por vía respiratoria, pero se advierte el peligro de consumir pollos de zonas infectadas y sus derivados. No puedo imaginar que derivados del pollo se consumen salvo que entre tantos miles de productos envasados, los haya que contengan patas, intestinos y cabezas de pollo debidamente procesadas. En nuestro país, y presumo que en todos, se comercializa un alimento balanceado para perros promocionado en dos sabores; a carne y a pollo, vale la pena ir atando cabos.
Como médico entiendo que frente a nuevas patologías infecciosas, el tiempo para investigar y dar las respuestas sea mucho más prolongado que la necesidad y urgencia por tenerlo todo claro y seguro. Hablar de una vacuna para humanos, cuando no la hay para las aves parece cuando menos imprudente y apto, esto si, para desencadenar histerias colectivas que sólo sirven para complicar todo.
¿A quien le puede interesar que en dos o tres años haya una vacuna, cuando la posibilidad de un contagio la tiene hoy?.
Han pasado dos o tres años del episodio anterior de gripe del pollo por el que se sacrificaron millones de aves en china y el sudeste asiático, los recursos y avances de la medicina son demasiado vastos para aceptar que para controlar un brote infeccioso el único recurso haya sido el exterminio e incineración de los contaminados, tal como ocurrió con la encefalitis bovina o mal de la vaca loca.
¿Estamos frente a hechos nuevos? Porque desde hace muchos siglos, se crían y consumen aves de corral y la crónica no registra episodios de ésta naturaleza. Es posible, las aves y otros productos alimenticios como frutas, granos y verduras son organismos vivos que tienen su ciclo y sus tiempos, no son tornillos ni autopartes que se producen en serie. Cuando se altera el entorno, la alimentación o la vida en aras de una masiva producción comercial puede pasar cualquier cosa. Por otra parte no debe olvidarse que en cualquier capital de Europa o América del norte, se puede comprar por la tarde un tomate cosechado en malasia la mañana anterior o comer un pollo sacrificado en china 24 horas. antes. Consumimos alegre y confiadamente carnes de mamíferos, aves y peces que no tenemos ni la más remota idea con que se alimentaron. Se acabó en éste mundo adelantado aquello de “las frutas o verduras de estación” Todos quieren todo en cualquier época y momento. Si en el lugar no es época de corderos se los trae de Anatolia o Pakistán. No debe olvidarse que el beneficio incluye el riesgo, más aún cuando los mercaderes están de por medio. No es un tema para humor ni sarcasmo, si las cosas son como pintan puede ser mucho más serio de lo que se dice. En cualquier momento aparecerán las influencias comerciales para distorsionarlo todo, basta recordar aquello de la “vaca loca.”
Como no veo que estén todas las cartas en la mesa voy a desensillar hasta que aclare, para no sumar confusión.
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