Es uno de los términos más prostituidos en esta Babel idiomática que nos obliga a decir algo y tener que definirlo para que se nos entienda.
Terrorista es aquel que utiliza el terror como arma e instrumento de su accionar político o ideológico, así como Von Clausewitz definió la guerra como la continuación de la política por otros medios, el terrorismo es una forma de la guerra y por ende de la política. Aquella en que se busca paralizar al adversario por acciones innecesariamente cruentas. Es una fase de la guerra revolucionaria. Reconoce dos etapas: la primera personal, en que el objetivo es perfectamente identificado con un grupo o sector: jueces, funcionarios, políticos, militares o miembros de las fuerzas de seguridad y la segunda general, en que el objetivo es indiscriminado: colegios, estaciones de transporte público, edificios etc. Siempre buscando el mayor número de víctimas y de los sectores más sensibles, niños, mujeres, empleados, trabajadores, gente común o no comprometida en el conflicto. Habitualmente se combina con otro objetivo; el publicitario, hacer sentir la capacidad de organización y su poder, siempre en estos casos se atribuyen la autoría. Con el tiempo se ido degenerando esta definición por la utilización política del término, obsérvese que hoy es casi sinónimo de Islam o de cualquier grupo nacional que recurre a la guerra de guerrillas para defenderse de la agresión de potencias tecnológicamente superiores. No debe olvidarse que todos los pueblos del mundo recurrieron en algún momento de su historia a la guerrilla y ello no los descalificó sino por el contrario, lo recuerdan como un histórico timbre de honor. El guerrillero es un combatiente irregular, es el pueblo que resiste al agresor con los únicos medios que dispone, se distingue del revolucionario en que este se alza contra las autoridades de su propio país y no contra un agresor externo. Puede a su vez ser un terrorista como lo han sido y lo son los incontables movimientos guerrilleros americanos, que imponen su propia justicia y asesinan a pobladores que no colaboran con ellos: las FARC colombianas, Sendero Luminoso, el ERP, Montoneros, Tupamaros etc. Guerrilleros los hay rurales y urbanos, de estos el IRA y los argelinos fueron el más clásico ejemplo.
ETA es quizás el más típico caso de terroristas puros que jamás llegaron a guerrilla, esta requiere un presupuesto básico: control y apoyo de la población, que nunca tuvieron ni pudieron conseguir, es más sorprende que llamándose vascos no sepan que a los vascos no se los convence con bombas ni matando gente.
La diferencia entre terrorista y guerrillero es clara y no deja dudas, el guerrillero es un combatiente irregular y se atiene a las leyes de la guerra combate al enemigo externo no a la población, mata en combate no asesina por la espalda. No tiene por fin la muerte, sino debilitar al enemigo. Pega y se va. El terrorista siembra el miedo y el terror de toda la población, asesina a mansalva y sin otro objeto que producir miedo y paralizar las defensas.
Como en este mundo todo cambia de ropaje sin que haya nada nuevo bajo el sol, la política y la guerra tienen otras apariencias, ya no se trata de destruir ejércitos y ocupar territorios con la propia tropa, hoy se trata de ocupar las mentes las creencias y convicciones, para que esos nuevos esclavos le sirvan en bandeja los territorios. En esta nueva guerra no se ven muertos, ni ciudades arrasadas, hay corrupción, traición, entrega, minorías que no representan a nadie en la conducción de las naciones con el beneplácito y aplauso de sus nuevos dueños y conquistadores que manejan fondos, créditos y empresas de las que viven los usurpadores locales.
Hasta el terrorismo hoy adopta formas económicas y de exclusión social que es el nuevo modo de matar, o el terror de perder el empleo, la casa el nivel o status de vida. Los aliados de los conquistadores terminan estando en la misma casa, la familia que presiona para consumir.
Las formas como siempre en épocas de cambio, se mezclan es difícil encontrarlas puras, las antiguas formas de guerra se mezclan con las nuevas de acuerdo al teatro de operaciones. A más primitivas organizaciones sociales y políticas, más antiguas y primitivas formas de guerra. Irak, Afganistán en un extremo, Hispanoamérica en el medio y Europa en el otro son los tres ejemplos que van; de la guerra despiadada de exterminio, a la conquista de mentes con mínimos daños materiales o humanos. Entiéndase que en el concepto de los modernos estrategas, no es lo mismo arrasarlo dentro de su casa con un misil, que sacarlo del “sistema” o condenarlo a la miseria. Esta es una forma “humana” de matar. No es un buen panorama pero es lo que hay, pensarlo no hace mal. Y aunque duela puede ser sano.
Terrorista es aquel que utiliza el terror como arma e instrumento de su accionar político o ideológico, así como Von Clausewitz definió la guerra como la continuación de la política por otros medios, el terrorismo es una forma de la guerra y por ende de la política. Aquella en que se busca paralizar al adversario por acciones innecesariamente cruentas. Es una fase de la guerra revolucionaria. Reconoce dos etapas: la primera personal, en que el objetivo es perfectamente identificado con un grupo o sector: jueces, funcionarios, políticos, militares o miembros de las fuerzas de seguridad y la segunda general, en que el objetivo es indiscriminado: colegios, estaciones de transporte público, edificios etc. Siempre buscando el mayor número de víctimas y de los sectores más sensibles, niños, mujeres, empleados, trabajadores, gente común o no comprometida en el conflicto. Habitualmente se combina con otro objetivo; el publicitario, hacer sentir la capacidad de organización y su poder, siempre en estos casos se atribuyen la autoría. Con el tiempo se ido degenerando esta definición por la utilización política del término, obsérvese que hoy es casi sinónimo de Islam o de cualquier grupo nacional que recurre a la guerra de guerrillas para defenderse de la agresión de potencias tecnológicamente superiores. No debe olvidarse que todos los pueblos del mundo recurrieron en algún momento de su historia a la guerrilla y ello no los descalificó sino por el contrario, lo recuerdan como un histórico timbre de honor. El guerrillero es un combatiente irregular, es el pueblo que resiste al agresor con los únicos medios que dispone, se distingue del revolucionario en que este se alza contra las autoridades de su propio país y no contra un agresor externo. Puede a su vez ser un terrorista como lo han sido y lo son los incontables movimientos guerrilleros americanos, que imponen su propia justicia y asesinan a pobladores que no colaboran con ellos: las FARC colombianas, Sendero Luminoso, el ERP, Montoneros, Tupamaros etc. Guerrilleros los hay rurales y urbanos, de estos el IRA y los argelinos fueron el más clásico ejemplo.
ETA es quizás el más típico caso de terroristas puros que jamás llegaron a guerrilla, esta requiere un presupuesto básico: control y apoyo de la población, que nunca tuvieron ni pudieron conseguir, es más sorprende que llamándose vascos no sepan que a los vascos no se los convence con bombas ni matando gente.
La diferencia entre terrorista y guerrillero es clara y no deja dudas, el guerrillero es un combatiente irregular y se atiene a las leyes de la guerra combate al enemigo externo no a la población, mata en combate no asesina por la espalda. No tiene por fin la muerte, sino debilitar al enemigo. Pega y se va. El terrorista siembra el miedo y el terror de toda la población, asesina a mansalva y sin otro objeto que producir miedo y paralizar las defensas.
Como en este mundo todo cambia de ropaje sin que haya nada nuevo bajo el sol, la política y la guerra tienen otras apariencias, ya no se trata de destruir ejércitos y ocupar territorios con la propia tropa, hoy se trata de ocupar las mentes las creencias y convicciones, para que esos nuevos esclavos le sirvan en bandeja los territorios. En esta nueva guerra no se ven muertos, ni ciudades arrasadas, hay corrupción, traición, entrega, minorías que no representan a nadie en la conducción de las naciones con el beneplácito y aplauso de sus nuevos dueños y conquistadores que manejan fondos, créditos y empresas de las que viven los usurpadores locales.
Hasta el terrorismo hoy adopta formas económicas y de exclusión social que es el nuevo modo de matar, o el terror de perder el empleo, la casa el nivel o status de vida. Los aliados de los conquistadores terminan estando en la misma casa, la familia que presiona para consumir.
Las formas como siempre en épocas de cambio, se mezclan es difícil encontrarlas puras, las antiguas formas de guerra se mezclan con las nuevas de acuerdo al teatro de operaciones. A más primitivas organizaciones sociales y políticas, más antiguas y primitivas formas de guerra. Irak, Afganistán en un extremo, Hispanoamérica en el medio y Europa en el otro son los tres ejemplos que van; de la guerra despiadada de exterminio, a la conquista de mentes con mínimos daños materiales o humanos. Entiéndase que en el concepto de los modernos estrategas, no es lo mismo arrasarlo dentro de su casa con un misil, que sacarlo del “sistema” o condenarlo a la miseria. Esta es una forma “humana” de matar. No es un buen panorama pero es lo que hay, pensarlo no hace mal. Y aunque duela puede ser sano.
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