Como no me presiona la primicia este artículo está madurando desde el domingo y reuniendo las repercusiones.
Los franceses rechazan la constitución europea. Esto no es la noticia. Es sólo la confirmación de algo que se sabía. ¿Donde está entonces la noticia?. En que los franceses votaron contra lo que querían TODOS los políticos. No solo los de Francia, sino los de toda Europa. ¿Y la Constitución? A nadie le importa, Francia simplemente hizo sentir su humor. Los “interpretes” ya inventaron que es un “NO” a la gestión de Chirac, “quememos a uno y ha salvarse al resto”. Si estos señores no representan a nadie ¿porque usurpan sus cargos?. ¿Por que no se están yendo todos?, si a nadie le importa lo que dicen, ni representan a nadie. ¿Que pasó con la declamada democracia de la Gran Europa? ¿o el pueblo no se pronunció por amplia mayoría?. Atrás de Francia viene un efecto “domino”, veremos caer las fichas lentamente una por una. Quizás sea la confirmación de algunas sugerencias que se hicieron como “el hombre propone y ………” o la que sostiene otro dicho siempre cierto. “los caminos de la Divina Providencia son inescrutables”.
Todas las usinas de acción psicológica han trabajado al máximo para imponer la línea argumental que cambie el eje de la información y de la realidad. Los dirigentes van a encontrar la forma de salvar la ropa, es hora que atiendan los pueblos, que son los que pagan siempre la fiesta.
Lo estoy oyendo, - es una pavada, a quien le importa, no cambia nada-
Cuantos habrán dicho lo mismo antes del 14 de julio. Hasta hubo un Luis, que perdió la cabeza sin enterarse que hacía tiempo había, de hecho, dejado de ser Rey de Francia. ¿Cuantas cabezas rodaron sin que sus dueños se enteraran que pasaba algo?
Ya comienzan las primeras explicaciones que serán, a no dudarlo, infinitas. Todos aprovecharan para llevar agua para su molino, que si es una reacción contra los extranjeros, que si es contra el liberalismo, la globalización, si es temor a esto o aquello, todo con muchos argumentos y sólidas razones.
He dedicado a este tema muchas más horas de lectura y reflexión que a cualquier otro en mucho tiempo, porque hace tiempo me llamaba la atención la ausencia y el silencio de Francia. La cuestión es no meterse en los microclimas locales, dicen que el mejor sitio para esconder un árbol es el bosque. Todas las razones que se esgrimen pueden ser ciertas, pero no son la causa. Esta es mucho más profunda, creo que tanto, que hasta los que votaron “No” la ignoran. ¿Cuantas veces tomamos decisiones y después de haberlo hecho buscamos o encontramos los argumentos que la justifican?.
Las primeras conclusiones: Todos lo sabían pero nadie lo esperaba, hasta último momento se reiteraba el crecimiento del “oui”, parece haber sido como la muerte, todos sabemos que viene pero hasta el último minuto nos aferramos a que no va a llegar. De las informaciones y opiniones queda claro el desconcierto, que no es sorpresa. Rescato una frase de un artículo de Serge Joly, Director de “Liberation” reproducida por El Mundo de España, “Francia solita puso patas arriba la mesa de Europa”. Creo que es la médula de lo acontecido. Esto ya pasó y dos veces: con la Revolución Francesa y con Napoleón y como no hay dos sin tres ocurrió nuevamente, esperemos que esta vez, libre de los virus mortales que esparció antes.
Esperemos que el orgullo nacional Francés tan golpeado desde Waterloo, por dos guerras mundiales, Indochina y Argelia, renazca para darle vida y contenido a este agonizante occidente cristiano que ella misma vació y destruyó. Sería de ser así una verdadera paradoja de la historia, el occidente cristiano salvado del avance absolutista de la Gran Europa impía, por los Revolucionarios de Francia y los mercaderes Protestantes de Holanda.
Europa puede y debe estar unida, pero no refundida en organismos supranacionales que avasallen e ignoren los particularismos nacionales, en nombre de supuestos beneficios económicos.Europa no admitió nunca ni admitirá patrones, los que pretendieron serlo se enterraron en su propia soberbia. El Dueño del tiempo dirá como sigue. No olvidemos que hay razones que la razón no entiende.
Los franceses rechazan la constitución europea. Esto no es la noticia. Es sólo la confirmación de algo que se sabía. ¿Donde está entonces la noticia?. En que los franceses votaron contra lo que querían TODOS los políticos. No solo los de Francia, sino los de toda Europa. ¿Y la Constitución? A nadie le importa, Francia simplemente hizo sentir su humor. Los “interpretes” ya inventaron que es un “NO” a la gestión de Chirac, “quememos a uno y ha salvarse al resto”. Si estos señores no representan a nadie ¿porque usurpan sus cargos?. ¿Por que no se están yendo todos?, si a nadie le importa lo que dicen, ni representan a nadie. ¿Que pasó con la declamada democracia de la Gran Europa? ¿o el pueblo no se pronunció por amplia mayoría?. Atrás de Francia viene un efecto “domino”, veremos caer las fichas lentamente una por una. Quizás sea la confirmación de algunas sugerencias que se hicieron como “el hombre propone y ………” o la que sostiene otro dicho siempre cierto. “los caminos de la Divina Providencia son inescrutables”.
Todas las usinas de acción psicológica han trabajado al máximo para imponer la línea argumental que cambie el eje de la información y de la realidad. Los dirigentes van a encontrar la forma de salvar la ropa, es hora que atiendan los pueblos, que son los que pagan siempre la fiesta.
Lo estoy oyendo, - es una pavada, a quien le importa, no cambia nada-
Cuantos habrán dicho lo mismo antes del 14 de julio. Hasta hubo un Luis, que perdió la cabeza sin enterarse que hacía tiempo había, de hecho, dejado de ser Rey de Francia. ¿Cuantas cabezas rodaron sin que sus dueños se enteraran que pasaba algo?
Ya comienzan las primeras explicaciones que serán, a no dudarlo, infinitas. Todos aprovecharan para llevar agua para su molino, que si es una reacción contra los extranjeros, que si es contra el liberalismo, la globalización, si es temor a esto o aquello, todo con muchos argumentos y sólidas razones.
He dedicado a este tema muchas más horas de lectura y reflexión que a cualquier otro en mucho tiempo, porque hace tiempo me llamaba la atención la ausencia y el silencio de Francia. La cuestión es no meterse en los microclimas locales, dicen que el mejor sitio para esconder un árbol es el bosque. Todas las razones que se esgrimen pueden ser ciertas, pero no son la causa. Esta es mucho más profunda, creo que tanto, que hasta los que votaron “No” la ignoran. ¿Cuantas veces tomamos decisiones y después de haberlo hecho buscamos o encontramos los argumentos que la justifican?.
Las primeras conclusiones: Todos lo sabían pero nadie lo esperaba, hasta último momento se reiteraba el crecimiento del “oui”, parece haber sido como la muerte, todos sabemos que viene pero hasta el último minuto nos aferramos a que no va a llegar. De las informaciones y opiniones queda claro el desconcierto, que no es sorpresa. Rescato una frase de un artículo de Serge Joly, Director de “Liberation” reproducida por El Mundo de España, “Francia solita puso patas arriba la mesa de Europa”. Creo que es la médula de lo acontecido. Esto ya pasó y dos veces: con la Revolución Francesa y con Napoleón y como no hay dos sin tres ocurrió nuevamente, esperemos que esta vez, libre de los virus mortales que esparció antes.
Esperemos que el orgullo nacional Francés tan golpeado desde Waterloo, por dos guerras mundiales, Indochina y Argelia, renazca para darle vida y contenido a este agonizante occidente cristiano que ella misma vació y destruyó. Sería de ser así una verdadera paradoja de la historia, el occidente cristiano salvado del avance absolutista de la Gran Europa impía, por los Revolucionarios de Francia y los mercaderes Protestantes de Holanda.
Europa puede y debe estar unida, pero no refundida en organismos supranacionales que avasallen e ignoren los particularismos nacionales, en nombre de supuestos beneficios económicos.Europa no admitió nunca ni admitirá patrones, los que pretendieron serlo se enterraron en su propia soberbia. El Dueño del tiempo dirá como sigue. No olvidemos que hay razones que la razón no entiende.
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