Originalmente el lavado de cerebro o reprogramación fue
individual en el bloque soviético que lo desarrollo científicamente hace casi
un siglo a partir del genial fisiólogo Iván Pavlov y sus reflejos condicionados; pasó a ser
grupal en Vietnam el sudeste asiático y
en Europa tras la cortina de hierro, en los campos de prisioneros y/o
refugiados.
Modernamente lo adopta el occidente anglosajón en un
principio como herramienta de la economía
y luego de la política.
Por lógica debió
modificarse la relación costo/beneficio para hacerlo masivo.
Se imponen las leyes
del Marketing o la sagrada opinión pública
Imponiendo como verdad unánime, política y socialmente
correcta, no ser distinto en un absurdo mundo en el que se ha resuelto que
todos somos iguales.
Hoy ya con nombre propio el TERRORISMO es su herramienta de
uso global.
Incluye lobos solitarios,
células dormidas, o descerebrados psicópatas en busca de su cuarto de hora de
fama cuando todos sepan de lo que eran capaces, con martillos, cuchillos de
cocina o latitas de cerveza supuestamente cargadas de explosivos
Pasó el tiempo de psicólogos, psiquiatras, drogas o
químicos, la eficiencia y el bajo costo son ley en la economía.
Un ¡Buuum! con muertos y si hay chicos mejor, titulares,
telediarios, agencias de prensa, panelistas ignorantes y periodistas famélicos
por decir algo nuevo suman y hacen
milagros.
Debiera incluir la Primavera Arabe
y las guerras preventivas que curiosamente no son calificadas como terrorismo,
porque son obra de los buenos y democráticos respetuosos de los DDHH.
Como se ve una verdadera cultura con todo un nuevo idioma
detrás.
Un autobomba o un kamikaze hacen menos daño y producen menos
muertos que un decreto, resolución, ley o la demora en hacerla y aplicarla. Es
cotidiano y real pero a nadie conmueve.
No hay un terrorismo islámico, nazional socialista, marxista
leninista, anglosajón, argentino o venezolano es la misma herramienta que todos
usan para dominar.
Por este camino se ha llegado a que si escucha conservador
sentirá que es un sinónimo de malo y
explotador y si escucha joven la sensación será de un sinónimo de alegre, lindo y bueno
Terrorista llegara a
ser el miembro en un credo religioso que no transa con la sagrada opinión
pública, lo ideológico y político quedan excluido, de allí lo de Islámico, hoy
decir trotzquista o comunista como calificativo de sujeto peligroso mueve a
risa.
Por otra parte a quien le importa lo que se dice, solo
importa el placer o rechazo de lo que se siente; la verborrea general de
dirigentes, analistas y comunicadores quita valor a la palabra.
AL PAN PAN Y AL VINO VINO; SI SI Y NO NO, UNICA FORMA DE ENTENDERSE,
sino a que dialogar y debatir para conciliar conceptos que para cada uno tienen
significados distintos.
No obstante paradójicamente en la era de la comunicación
cuando nadie se entiende se multiplican las “cumbres” en lugar de volver a los
Simposios con buen vino manjares y cariñosas
Hetairas, que permitían arreglar el mundo los negocios y la política
saliendo todos satisfechos y buenos amigos.
¡¡¡CIVILIZADOS, BHAA!!!
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