Hoy vuelvo a nuestra tierra del Plata para despedirme de la Ex que nunca fue.
La negacion es una mala costumbre desde los tiempos de Adán
y Eva.
No compite, no renuncia, no tolera, esconderse cuando debe
hacerse cargo de un fracaso, tienen un alto precio.
¡¡¡ Vaya si lo tienen!!!
Pero también lo niega porque no debe nada; es lo más parecido a estar muerta
sin saberlo
¡Que horrible, que feo!
Muerta sin saberlo, viendo caerse como castillos de naipes
todos los sueños delirantes de faraona constructora, abogada exitosa,
historiadora, economista o filosofa; fracasada como hembra como mujer como
madre, esposa o amante
En fin, cada uno talla su propia cruz y es imposible detener
la estampida de los que corren hacia su precipicio.
Ni para crear problemas ya sirve, cada vez que aparece o
rebuzna los soluciona.
Hace tiempo que no me ocupaba de la ex que nunca fue, porque
parecer no es ser.
Repare usted en la paradoja, Atila sin una calle, plaza,
ciudad, mausoleo o pirámide que lo recuerde vive en la memoria histórica y esta
cosa desesperada por estar siempre presente en cualquier parte esta muerta sin
haber dado el ultimo suspiro.
Presumo que por última vez la menciono, no suelo perder mi
escaso tiempo en memeces.
Seguiremos con las momias que la siguen o con los cómplices
agonizantes que se le oponen y tan poca sombra hacen que la necesitan para
agrandarse oponiéndose a un irreal fantasma que asusta.
Hasta resulta tragicómico escuchar a los que reclaman como
la vice, más patas de cadáveres peronistas para caminar seguros.
Au revoir, hasta nunca, espero que los gusanos que se la
están comiendo no se intoxiquen, solo
hacen su trabajo son inocentes.
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