Agradezco al D.Gabriel Venica su magnifica colaboración
Llevo madurando un sentimiento hace un tiempo.
Trepando la cuesta para pasar por el puente de Lujan sobre ruta 5 pienso como contarles…
Pienso… detrás de un camión cerealero cargado con trigo que pierde su carga a chorrillos en cada ondulación de la destrozada ruta.
Espero mi turno para pasar por un puente que no tiene dimensiones para permitir las dos manos a la vez.
A los costados de la cinta asfáltica puedo observar toneladas de trigo de pérdidas acumuladas y que nadie contabiliza ni aprovechará jamás.
Podría decirse que vivimos en un país habitado por un ejército de energúmenos que hacen las cosas mal a propósito.
Pero no es así.
Entre ese ejército de la anomia, la indiferencia la ignorancia, la corrupción y la estafa a la sociedad por la sociedad misma, hay también de lo otro. Entre todo eso estamos nosotros.
Hace días maduro el sentimiento. Me lo disparó un piloto de A4, héroe de Malvinas.
El tipo se plantó ante mi y me contó la importancia de un grupo que se empeña en hacer las cosas bien.
La felicidad está allí, en eso tan simple.
Poner empeño, tratar de hacerlo. Hacerlo con mimo, lo mejor posible para que salga bien y un poco mas.
Volar 40 veces en misión imposible con un avión atado con alambre a 10 metros del mar durante 700 km para llegar a un teatro dantesco y comprender que no hay manera de vencer en esa guerra loca e inútil… y pelear igual solo porque es cumplir con tu deber luchando cada día como si fueras a ganar aunque sea para un país que te da la espalda porque está mirando el mundial.
Luchar aunque vencer sea imposible y lo sepas, solo porque también sabes que es imprescindible.
Cuando tienes los montantes de las alas de tu avión fisuradas, la pólvora de los cohetes de eyección vencida y el combustible no te da para volver al continente después de la misión.
Cuando dependes del Hércules fantasma que vuela con el reaprovisionamiento salvador te das cuenta que vuelas solo por la historia y tus acciones pueden romper con todos los protocolos de la aviación armada.
Será el espíritu que pongas.
Yo le entendí a Roberto Sylvester que se puede hacer volar a una tenaza.
Se puede hacer planear una tenaza.
Lo que te salva es el valor de un grupo. La Brigada que volaba los A4 Skyhawk.
Salvando las distancias, ya que Sylvester tuvo la generosidad de hacer un paralelo para comparar su gesta histórica de Malvinas con la lucha quijotesca de los paisanos que subieron a la ruta en 2008, se me presentó este sentimiento que quiero compartir.
Salvando las distancias…. Muchas veces me siento en la carlinga de un A4, con la espuma de las olas tocando las alas, rumbo a una misión de la vida imposible que nos plantea este desquicio que nos hemos inventado.
Me salva mirar al costado y ver que vuelo en formación. El pulgar levantado de un amigo que te cubre las espaldas es lo que te salva y anima a seguir.
Ese es el mensaje de Sylvester que cada día aterrizaba su A4 con una misión cumplida más, agujereado como un colador.
Linda conferencia. Rara para tanta gente pragmática que solo ve lo práctico, útil y conveniente.
Muchos se quedaron rascando la nuca preguntándose el sentido de meter esa charla cuando la preocupación es la rentabilidad del sector, la viabilidad del negocio etc, etc. Esos no entendieron nada.
Esos se divierten mas con Salvador Destéfano y su visión de la economía según Olmedo y Porcel. Es otro código y otro idioma.
Las conferencias, siempre me parecen un enlatado que prepara un vivillo para ganarse la vida haciendo de maestro ciruela ante un grupo de incautos desesperados.
Sylvester no viene en lata. Me sirvió para reflexionar.
Quiero saludarlos para fin de año y animarlos a seguir juntos.
Porque juntos podemos hacer planear una tenaza.
Somos un grupo, creo no equivocarme, hay un equipo que está en esto por algo más que una ecuación económica. Los que quedamos acá tenemos otro fuego. Es como un plus adicional que te permite ser feliz con solo la conciencia de estar haciendo lo que crees que está bien y es lo correcto por más poderoso que sea el enemigo.
No siempre lo logramos pero una y otra vez lo intentamos.
Sylvester volaba hacia la muerte mientras el país todo se distraía con Maradona jugando el mundial de España.
Salvando las distancias, ayer subiendo el puente atrás del camión que desperdiciaba nuestro trigo veía un cartel del Kun Agüero levantando la bandera y avisando que “EMPIEZA EL MUNDIAL … NADA MAS IMPORTA”.
Nada cambió.
La imagen del Kun Agüero apelando a los sentimientos mas primitivos usado por la industria del futbol para convocar a las multitudes a juntarse bajo la bandera, mientras el camión me volcaba el trigo sobre el capot, me decidió a compartir con ustedes mi certeza de que hay algo distinto, algo mejor que los distingue y que finalmente, nos sacará adelante.
Algo parecido a lo que me transmitió Sylvester y yo no se explicar.
Es como un fuego sagrado que no va por la guita ni por un cargo, ni por…. Bah, ustedes me entienden!!
A no aflojar!!!!
Juntos.
Feliz Navidad.
Clarísimo el mensaje que nos has enviado
Gabriel de Roberto Sylvester y salvando todas las distancias en eso estamos quizás sin saberlo y sin decidirlo.
Me tomo la libertad de hacer un agregado producto del impacto que me produjo la lectura, espontáneamente se integran escuadrillas para volar en formación sin ninguna esperanza de vencer, solo porque es lo que debe hacerse.
Mantener vivo día a día el valor de los principios, sin importar si se podrá volver o no, solo con el fuego sagrado y la alegría de haber hecho lo que debe de hacerse con la mayor dedicación.
¡¡¡Sigamos haciendo volar y planear tenazas, alguna vez vencerán las nuestras o las que vengan detrás!!!
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