SALADINO

Habiendo tanta sabandija autopromocionada y con buena prensa creo justo y necesario cada tanto recordar a los que fueron realmente grandes borrados de la memoria colectiva por los que solo parecen y no toleran su sombra.

El Sultan de Damasco y el Cairo Yusuf Salah al din ibn Ayyrub Saladino para los amigos es uno de ellos.

De origen Kurdo, paradójicamente desde siempre la mayor Nación del mundo sin estado, aglutino a todos los islámicos terminando con divisiones y sectas facciosas.

Fue tan duro como justo y tan creyente como intolerante con los  fanatismos.

Su seguridad y autoridad natural le permitió ser generoso y magnánimo sin  necesitar poses para que le temiesen.

En la batalla de los cuernos de Hattin en Tiberíades y el mar de Galilea, terminó con la vergüenza del reino de Jerusalem en manos de putas y degenerados, aniquilo a los caballeros templarios entregados a la soberbia de su vergonzoso Gran Maestre Gerard de Riedefort y liberó los territorios de Outremer de la barbarie de los francos que en nombre de Dios fueron a desfogar las ambiciones que sus vecinos les impedían  en sus propias tierras.

Destruyó militarmente al asesino ingles sin honor ni palabra Ricardo I Corazón de León que en su huida a Inglaterra acabo preso de los austriacos a quienes despreció públicamente en Tierra Santa, después de asesinar miles de mujeres y niños indefensos capturados por los que ya había cobrado rescate.

Prefiero abstenerme de recomendar lectura dado los enfrentados intereses que se mueven desde la carnicería de la primer cruzada a la amistad de Templarios y el viejo de la montaña el jefe de los Asesinos, sin contar influencias políticas y religiosas de Ordenes militares que no reconocían autoridad ni jerarquía alguna por debajo del Papa.

Papas, reyes, grandes familias o ciudades en busca de tajadas comerciales.

Con excepción de gente de su época embanderados en pasiones del momento no encontrará a nadie, medianamente informado que lo incluya a Saladino entre los “malos” de la tierra.

Quizás sea una debilidad o tara personal pero es  con dos de los más duros que suelo compartir mi mesa y horas de conversación: y reflexiones: Saladino y Atila