Si es nuevo es una cosa, si es consecuencia es otra, de ser
así no da para el festejo y deseos de felicidad, pero si bien se lo mira, de
antiguo es sabido que no hay mal que por bien no venga. La esperanza no esta en
el fondo de la caja de Pandora, debajo de todos los males que por pícaros
escapan primero, está donde la quiera encontrar el que la necesita.
Delincuentes comunes con sueldo, vacaciones, aguinaldo y se
olvidaron del presentismo el plus por antigüedad y la jubilación; o los especiales
con fueros, impunidad, consejo de la Magistratura o acuerdo del senado.
La ley de Lynch que está en el zaguán esperando para entrar
que una memez le abra la puerta; no es justicia, solo la reemplaza cuando la
otra que es ciega pierde los Códigos y la espada.
Como es habitual el hilo se corta por lo más delgado y
pagarán los caídos del sistema.
Si se despanzurrara a una docena de magistrados y
funcionarios responsables que esto no se haga, no funcione y aquello tampoco
otro sería el resultado, ese día va a llegar no se puede seguir haciendo oídos
sordos a tanto justo reclamo que chorrea sangre y lágrimas.
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