febrero 07, 2017
DE LA VERGUENZA DE SER POBRE A LA GANSADA DE POBREZA CERO
Una yunta que la tropilla cultural moderna ha convertido en verdades de Perogrullo, en sus dos pelajes: los vergonzantes resentidos y los trepadores.
Siempre habrá más allá de gerentes exitosos que gobiernen, flacos y gordos, bajos y altos, trabajadores y vagos; es intrínseco a la naturaleza humana; solo somos iguales en que todo lo que nace muere y en que nada se trae y nada se lleva.
La cuestión no radica en cuanto se tiene o se consume sino en poder tener aquello a lo que se aspira y cada uno se esfuerza por alcanzar sin que el estado, ONG y sindicatos, intermediarios vividores “lobbistas” y amigos del patrón del circo se queden con la parte del león o le pongan una bota en la cabeza para que se conforme con ser subsidiado y marginado deudor de por vida.
Públicamente se estimula el consumismo para avergonzar al que no puede hacerlo; hasta tomarse vacaciones y tener auto parecen ya en la categoría de obligados derechos humanos
Compre un aire acondicionado en 18 cuotas sin interés, pero no lo use porque si es pobre no podrá pagar el consumo eléctrico es el mensaje de hoy, mañana se lo cambian por al contado tiene descuento, total si es pobre puede menos
¡Que vergüenza serlo!
¡Quiero y tengo derecho, estoy harto que me desprecien! ¿A que otra cosa le llamarán estimular la violencia que no pueden saben ni quieren controlar?
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