junio 04, 2013

UNA HISTORIA QUE NO LEYO




¡A que viene esto! Simplemente a mantenerme en tierra firme fuera de este pantano maloliente, por eso traigo bajo el brazo las primeras entregas de una historia que usted no leyó pero sospecha viendo a sus crías modernas.

¿Seremos tan jodidos? Tengo mis dudas, pienso que no nos gusta que vengan otros a organizarnos, sean romanos, griegos, fenicios, ingleses, afrancesados o muchísimo menos los vecinos y parientes del otro valle.

Independientes, cabezudos y calentones si, pero eso solo son rasgos genéticos del carácter.

Pero basta de introducciones, vamos a la mesa, servida por un maestro de las letras hispanas publicado en la Web oficial de A. Perez Reverte como “Una historia de España”

PARTE I Érase una vez una piel de toro con forma de España -llamada Ispahán: tierra de buenos conejos :- les juro que la palabra significaba eso-, habitada por un centenar de tribus, cada una de las cuales tenía su lengua e iba a su rollo. Es más: procuraban destriparse a la menor ocasión, y sólo se unían entre sí para reventar al vecino que (a) era más débil, (b) destacaba por tener las mejores cosechas o ganados, o (c) tenía las mujeres más guapas, los hombres más apuestos y las chozas más lujosas. Fueras cántabro, astur, bastetano, mastieno, ilergete o lo que se terciara, que te fueran bien las cosas era suficiente para que se juntaran unas cuantas tribus y te pasaran por la piedra, o por el bronce, o por el hierro, según la época prehistórica que tocara. Envidia y mala leche al cincuenta por ciento (véanse carbono 14 y pruebas genéticas de Adn). El caso es que así, en plan general, toda esa pandilla de hijos de puta, tan prolífica a largo plazo, podía clasificarse en dos grandes grupos étnicos: iberos y celtas. Los primeros eran bajitos, morenos, y tenían más suerte con el sol, las minas, la agricultura, las playas, el turismo fenicio y griego y otros factores económicos interesantes (véanse folletos de viajes de la época). Los celtas, por su parte, eran rubios, ligeramente más bestias y a menudo más pobres, cosa que resolvían haciendo incursiones en las tierras del sur, más que nada para estrechar lazos con las iberas; que aunque menos exuberantes que las rubias de arriba, tenían su puntito meridional y su morbo cañí (véase Dama de Elche) *.

Leer todo http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/754/una-historia-de-espana-i/




PARTE II Como íbamos diciendo, griegos y fenicios se asomaron a las costas de Hispania, echaron un vistazo al personal del interior -si nos vemos ahora, imaginemos entonces en Villailergete del Arévaco, con nuestras boinas, garrotas, falcatas y demás- y dijeron: pues va a ser que no, gracias, nos quedamos aquí en la playa, turisteando con las minas y las factorías comerciales, y lo de dentro que lo colonice mi prima, si tiene huevos. Y los huevos, o parte, los tuvieron unos fulanos que, en efecto, eran primos de los fenicios -«Venid, que lo tenéis fácil», dijeron éstos aguantándose la risa- y se llamaban cartagineses porque vivían a dos pasos, en Cartago, hoy Túnez o por allí. Y bueno. Llegaron los cartagineses muy sobrados a fundar ciudades: Ibiza, Cartagena y Barcelona -esta última lo fue por Amílcar Barça, creador también del equipo de fútbol que lleva su apellido y de la famosa frase Cartago is not Roma-. Hubo, de entrada, un poquito de bronca con algunos caudillos celtíberos (socios del Madrid según Estrabón, lo que puede explicarlo todo) llamados Istolacio, Indortes y Orisón, entre otros, que fueron debidamente masacrados y crucificados; entre otras cosas, porque allí cada uno iba a su aire, o se aliaba con los cartagineses el tiempo necesario para reventar a la tribu vecina, y luego si te he visto no me acuerdo (me parece que eso es Polibio quien lo dice). Así que los de Cartago destruyeron unas cuantas ciudades: Belchite -que se llamaba Hélice- y Sagunto, que era próspera que te rilas. La pega estuvo en que Sagunto, antigua colonia griega, también era aliada de los romanos: unos pavos que por aquel entonces (siglo III antes de Cristo, echen cuentas) empezaban a montárselo de gallitos en el Mediterráneo. Y claro. Se lió una pajarraca notable, con guerra y tal. Encima, para agravar la cosa, el nieto de Amílcar, que se llamaba Aníbal y era tuerto, no podía ver a Roma ni por el ojo sano, o sea, ni en fotos, porque de pequeño lo habían obligado a zamparse Quo Vadis en la tele cada Semana Santa, y acabó, la criatura, jurando odio eterno a los romanos. Así que tras desparramar Sagunto, reunió un ejército que daba miedo verlo, con númidas, elefantes y crueles catapultas que arrojaban películas de Pajares y Esteso. Además, bajo el lema Vente con Aníbal, Pepe, alistó a 30.000 mercenarios celtíberos, cruzó los Alpes -ésa fue la primera mano de obra española cualificada que salió al extranjero- y se paseó por Italia dando estiba a diestro y siniestro.

Leer todo http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/756/una-historia-de-espana-ii/


Continuara cuando se publiquen las próximas, reuniendo los links de todas las partes Mientras tanto los que se entusiasmaron sin estar en el tema tiene cantidad de nombres para buscar en Google; es cultura general esa que no ocupa lugar y nunca sobra.

Hasta aquí los originales, dispénseme un cierre.

Hoy acá tenemos cristinistas, nestorianos, camporistas, massistas, sciolistas, macristas, lavagnistas, alfonsinistas, de la sotistas, etc. esta visto que los años pasan pero las mañas quedan y son contagiosas.

*Dama de Elche. Échele una mirada a la imagen si hubo suerte en subirla o entre al link http://es.wikipedia.org/wiki/Dama_de_Elche


No verá una salvaje bárbara primitiva sino los finos rasgos de una mujer actual sin photoshop ni cirugías correctoras, una cosa es que nuestros ancestros sean antiguos y otra que seamos tontos.

Si hasta aquí llegamos sin cambiar tanto mientras muchos otros desaparecieron no éramos tan fallados, de manera que ha seguir con lo nuestro escabechando organizadores extraños que para gente metida a joder al prójimo con los de entre casa nos basta y sobra.











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