25 DE MAYO

 No hay nada que festejar, hacerlo sería un escupitajo en la cara de nuestros mayores.
 Debe ser un día de silencio, reflexión y examen de conciencia acerca de que parte nos cabe en esta repugnante realidad, porque si algo es cierto es que acá por una cosa o la otra faltan inocentes, ingenuos y puros. Quizás sería mejor que buscar coincidencias y diálogo un masivo mea culpa y que como prueba de sincero propósito de enmienda una multitud se retirara a cuarteles de invierno.
 En la vida se suceden lágrimas y risas, ya llegara el momento de festejar cuando haya verdad paz y orden, esto es cada cosa en su lugar: los criminales bajo tierra y los ladrones en la cárcel sin derechos ni libertad.