Han pasado muchas generaciones, algunos lo hicieron otros ni saben que era. La mayoría quizás no tiene idea de lo que se movía en torno, ni remotamente podrán imaginar hoy, lo que podía hacer y hacía, un país organizado como pocos. Y ese país era LA ARGENTINA que no fue grande por un complejo de grandeza de los argentinos, sino que lo fue con todas las letras, por el esfuerzo de sus hijos, sin la ayuda de nadie
Hoy basta mencionar el tema y ya se habla de los gritos, del maltrato, humillaciones y bla bla blá.
No voy a entrar a demostrar su necesidad y utilidad, quizás salvando muchos errores y torpezas, propios de un sistema y organización militar que ya era vetusta a mediados del siglo pasado.
Al menos porque esto se llama Los puntos sobre las ies, pongamos algunos que faltan.
Como les pasa a casi todas las instituciones que por razón de las circunstancias dejan de cumplir la función para la que fueron creadas, nuestras fuerzas armadas entraron en un proceso de descomposición que quedó oculto por las formas.
Hoy parecen una novedad los “escraches”. Recuerdo que en los años 50 ningún oficial salía a la calle de uniforme por vergüenza, la repulsa era pública, por la tolerancia servil al infame tirano. No tolerancia ideológica o respetuosa de la Constitución, servil dije porque estaba adobada de prebendas,”ordenes de importación” etc. casi un precedente del “escrache”actual. Aunque cueste creerlo no hay nada nuevo bajo el sol.
La carrera militar pasó de ser un ejercicio del mando y la responsabilidad a convertirse en una carrera por la permanencia y antigüedad, no llegaban los mejores sino los más hábiles en escurrir el bulto, y los más obsecuentes. Tomar una decisión era poco menos que suicida. Un ejército esta formado para combatir y ejercitarse en la dura vida en campaña y sus jefes y oficiales para conducirlo, si no hay ocasión habrá que redefinirlo, pero nunca vegetar en los cuarteles. Por alguna razón desde antiguo se dice que la pereza es la madre de todos los vicios. De allí que cuando hubo una guerra se la perdió por imprevisión y falta de conducción política, y cuando fue interior se ganó la guerra y se perdió la paz, que es como haber perdido la guerra, si no se alcanza el supremo objetivo de la misma que es la paz.
Dejemos esto porque nadie es formalmente culpable y todos lo son, civiles y militares. Las circunstancias nos jugaron en contra y no supimos ver lo que venía. Una dirigencia política fuera de la realidad y metiendo la pezuña en los cuarteles siempre en su beneficio fue el gatillo disparador de los mayores errores.
Entremos en el tema; durante cuatro años forme parte, habiendo sido movilizado es decir con estado militar, representando a la ya disuelta Dirección Nacional de Medicina Preventiva, de las Juntas Militares de incorporación de clases, en los cuarteles del para mi muy querido Regimiento 1 Patricios de Bs. As.
El procedimiento de examen médico y clasificación de aptitud se extendía a la totalidad de ciudadanos de 21 años de todo el país. Este sólo dato a poco que se lo piense da una idea de la tremenda significación del hecho. Todos los varones de 21 años examinados y tratados año tras año.
Un caudal de información envidiable y de proyecciones sociales insospechadas.
Por la mañana a partir de las 6 hs, se efectuaban análisis de laboratorio radiografías y vacunación de todos los ciudadanos. De allí pasaban a ser examinados por las Juntas militares y clasificados de acuerdo a su estado en Aptos, DAF (deficientes aptitud física) e ITS (inaptos para todo servicio), hoy habría un aluvión de demandas por discriminación, ponerle en el documento a alguien que fue exceptuado del servicio militar por inepto para todo servicio seria un agravio. Ni el país, ni la sociedad ni los varones son los mismos.
Aquellos ciudadanos que resultaban aptos se retiraban a esperar la notificación de incorporación y destino. Aquellos que presentaban alguna patología o secuela que de acuerdo a la reglamentación los clasificaba como DAF o ITS eran reexaminados por la tarde por las juntas dependientes del Ministerio de Salud Pública. ¿Con qué motivo? A muchos les va a costar creerlo.
Se los reexaminaba íntegramente, la historia clínica con todos los datos legibles se volcaban en una Libreta Sanitaria que se les entregaba junto a una citación para concurrir al Hospital Nacional más cercano a su domicilio al efecto que se tratara su patología o secuela (fractura mal consolidada, hernia etc.).Después de haber sido dado de alta debía volver con la libreta firmada y la certificación del servicio médico. Recién entonces las autoridades militares le entregaban la Libreta de Enrolamiento firmada con la excepción al servicio militar.
Este relato es sólo un aspecto del tremendo impacto social que el servicio militar generaba y conste que me refiero solo a los que no lo hacían.
Mirando al ministro de las campañas reproductivas que regalo tantos forros que la municipalidad de Bs. As. tiene que juntarlos por plazas y Palermo para que los crios no se los metan en la boca, no creo que ni con un regimiento de asesores fuera capaz de encarar algo parecido.
¿Habrá que decir también, que se enseñaba a leer y escribir. A cuidar lo que era común, y aunque no se crea lo que “era patrimonio del estado”, asearse, saludar y hablar correctamente o al menos en forma inteligible.? No es tanto si se compara a lo que se podría hacerse hoy con los recursos informáticos y técnicos disponibles. Sin mucha logística ni presupuesto podrían salir todos con un oficio o conocimiento
Pero ya fue y no lloremos sobre la leche derramada, Hoy vemos a los nuevos jóvenes y chicos, arrasando monumentos, estaciones y colegios. Que son bienes comunes, patrimonio del estado que somos todos, protegidos y custodiados por las fuerzas del nuevo orden. Dicen que no hay mal que por bien no venga, hoy con el servicio militar, eliminaríamos una generación de Argentinos por año.
Para finalizar, recuerdo un episodio reciente sobre el que escribí en algún Pregón, el escándalo que desataron en Chile los candidatos a la Presidencia pidiendo la supresión del Servicio Militar, por el desgraciado accidente en que perdieron la vida una patrulla de conscriptos en la cordillera.
He escuchado muchas historias, de los que la pasaron bien, sentados en un escritorio (servicio militar?) o como chóferes de la mujer y los hijos de un oficial y de los que tuvieron que mover el esqueleto y golpearse duro, al fin y al cabo ¿no es que a golpes se hacen los hombres? Pero en todos hay un recuerdo que es unánime, mezcla de nostalgia y experiencia positiva. Es bueno saber mandar y para aprenderlo primero hay que saber obedecer aunque sea a inútiles e incapaces, alli se aprende que no hay autoridad sin justicia y que la autoridad no la dan las “tiras” sino que se lleva dentro, se impone por si misma, sin un gesto ni una palabra.
Fue parte de nuestra historia y es bueno que se conozca y se recuerde. Y sobre todo que se sepa que por muchas cosas chicas como esta fuimos grandes. Para que vuelva aquel país o como sueñan los delirantes de hoy para hacer otro, hace falta material y el material de las naciones es su pueblo. De los salvajes, incultos y desbocados solo pueden salir pueblos Pre-bárbaros, hasta ellos respetaban sus autoridades y tenían sus leyes y códigos.
Hoy basta mencionar el tema y ya se habla de los gritos, del maltrato, humillaciones y bla bla blá.
No voy a entrar a demostrar su necesidad y utilidad, quizás salvando muchos errores y torpezas, propios de un sistema y organización militar que ya era vetusta a mediados del siglo pasado.
Al menos porque esto se llama Los puntos sobre las ies, pongamos algunos que faltan.
Como les pasa a casi todas las instituciones que por razón de las circunstancias dejan de cumplir la función para la que fueron creadas, nuestras fuerzas armadas entraron en un proceso de descomposición que quedó oculto por las formas.
Hoy parecen una novedad los “escraches”. Recuerdo que en los años 50 ningún oficial salía a la calle de uniforme por vergüenza, la repulsa era pública, por la tolerancia servil al infame tirano. No tolerancia ideológica o respetuosa de la Constitución, servil dije porque estaba adobada de prebendas,”ordenes de importación” etc. casi un precedente del “escrache”actual. Aunque cueste creerlo no hay nada nuevo bajo el sol.
La carrera militar pasó de ser un ejercicio del mando y la responsabilidad a convertirse en una carrera por la permanencia y antigüedad, no llegaban los mejores sino los más hábiles en escurrir el bulto, y los más obsecuentes. Tomar una decisión era poco menos que suicida. Un ejército esta formado para combatir y ejercitarse en la dura vida en campaña y sus jefes y oficiales para conducirlo, si no hay ocasión habrá que redefinirlo, pero nunca vegetar en los cuarteles. Por alguna razón desde antiguo se dice que la pereza es la madre de todos los vicios. De allí que cuando hubo una guerra se la perdió por imprevisión y falta de conducción política, y cuando fue interior se ganó la guerra y se perdió la paz, que es como haber perdido la guerra, si no se alcanza el supremo objetivo de la misma que es la paz.
Dejemos esto porque nadie es formalmente culpable y todos lo son, civiles y militares. Las circunstancias nos jugaron en contra y no supimos ver lo que venía. Una dirigencia política fuera de la realidad y metiendo la pezuña en los cuarteles siempre en su beneficio fue el gatillo disparador de los mayores errores.
Entremos en el tema; durante cuatro años forme parte, habiendo sido movilizado es decir con estado militar, representando a la ya disuelta Dirección Nacional de Medicina Preventiva, de las Juntas Militares de incorporación de clases, en los cuarteles del para mi muy querido Regimiento 1 Patricios de Bs. As.
El procedimiento de examen médico y clasificación de aptitud se extendía a la totalidad de ciudadanos de 21 años de todo el país. Este sólo dato a poco que se lo piense da una idea de la tremenda significación del hecho. Todos los varones de 21 años examinados y tratados año tras año.
Un caudal de información envidiable y de proyecciones sociales insospechadas.
Por la mañana a partir de las 6 hs, se efectuaban análisis de laboratorio radiografías y vacunación de todos los ciudadanos. De allí pasaban a ser examinados por las Juntas militares y clasificados de acuerdo a su estado en Aptos, DAF (deficientes aptitud física) e ITS (inaptos para todo servicio), hoy habría un aluvión de demandas por discriminación, ponerle en el documento a alguien que fue exceptuado del servicio militar por inepto para todo servicio seria un agravio. Ni el país, ni la sociedad ni los varones son los mismos.
Aquellos ciudadanos que resultaban aptos se retiraban a esperar la notificación de incorporación y destino. Aquellos que presentaban alguna patología o secuela que de acuerdo a la reglamentación los clasificaba como DAF o ITS eran reexaminados por la tarde por las juntas dependientes del Ministerio de Salud Pública. ¿Con qué motivo? A muchos les va a costar creerlo.
Se los reexaminaba íntegramente, la historia clínica con todos los datos legibles se volcaban en una Libreta Sanitaria que se les entregaba junto a una citación para concurrir al Hospital Nacional más cercano a su domicilio al efecto que se tratara su patología o secuela (fractura mal consolidada, hernia etc.).Después de haber sido dado de alta debía volver con la libreta firmada y la certificación del servicio médico. Recién entonces las autoridades militares le entregaban la Libreta de Enrolamiento firmada con la excepción al servicio militar.
Este relato es sólo un aspecto del tremendo impacto social que el servicio militar generaba y conste que me refiero solo a los que no lo hacían.
Mirando al ministro de las campañas reproductivas que regalo tantos forros que la municipalidad de Bs. As. tiene que juntarlos por plazas y Palermo para que los crios no se los metan en la boca, no creo que ni con un regimiento de asesores fuera capaz de encarar algo parecido.
¿Habrá que decir también, que se enseñaba a leer y escribir. A cuidar lo que era común, y aunque no se crea lo que “era patrimonio del estado”, asearse, saludar y hablar correctamente o al menos en forma inteligible.? No es tanto si se compara a lo que se podría hacerse hoy con los recursos informáticos y técnicos disponibles. Sin mucha logística ni presupuesto podrían salir todos con un oficio o conocimiento
Pero ya fue y no lloremos sobre la leche derramada, Hoy vemos a los nuevos jóvenes y chicos, arrasando monumentos, estaciones y colegios. Que son bienes comunes, patrimonio del estado que somos todos, protegidos y custodiados por las fuerzas del nuevo orden. Dicen que no hay mal que por bien no venga, hoy con el servicio militar, eliminaríamos una generación de Argentinos por año.
Para finalizar, recuerdo un episodio reciente sobre el que escribí en algún Pregón, el escándalo que desataron en Chile los candidatos a la Presidencia pidiendo la supresión del Servicio Militar, por el desgraciado accidente en que perdieron la vida una patrulla de conscriptos en la cordillera.
He escuchado muchas historias, de los que la pasaron bien, sentados en un escritorio (servicio militar?) o como chóferes de la mujer y los hijos de un oficial y de los que tuvieron que mover el esqueleto y golpearse duro, al fin y al cabo ¿no es que a golpes se hacen los hombres? Pero en todos hay un recuerdo que es unánime, mezcla de nostalgia y experiencia positiva. Es bueno saber mandar y para aprenderlo primero hay que saber obedecer aunque sea a inútiles e incapaces, alli se aprende que no hay autoridad sin justicia y que la autoridad no la dan las “tiras” sino que se lleva dentro, se impone por si misma, sin un gesto ni una palabra.
Fue parte de nuestra historia y es bueno que se conozca y se recuerde. Y sobre todo que se sepa que por muchas cosas chicas como esta fuimos grandes. Para que vuelva aquel país o como sueñan los delirantes de hoy para hacer otro, hace falta material y el material de las naciones es su pueblo. De los salvajes, incultos y desbocados solo pueden salir pueblos Pre-bárbaros, hasta ellos respetaban sus autoridades y tenían sus leyes y códigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario